Eran dos. En paralelo. Por la acera. Hablaban una jerga que no entendíamos pero comprendimos que pretendían que nos apartáramos para poder seguir rodando sin bajar a la calzada, cosa que hicieron después de un ligero cambio de impresiones, todo ello a diez metros del policía que cuidaba del tráfico de la plaza.
Molesto por la situación y la inacción del agente, consulté a varios cómo estaba el tema de las bicicletas por la acera, recibiendo respuestas de todo tipo: “Son muchas y se están denunciando algunas” “Si van despacio pueden compartir la acera con el peatón”, otras irreproducibles aquí, pero todas destilaban un poso común: tolerancia y mirar para otro lado.
Según el diario La Verdad, once bicicletas habían sido denunciadas en los 50 días que se estaba aplicando la norma, una cada cinco días, todo un record de eficiencia, teniendo en cuenta que por algunas zonas pasan más de cuarenta por hora. Conocedores de la impunidad de que disfrutan, se permiten entrar montados a los colegios, estaciones de autobuses y de trenes, parques infantiles, jardines,…
Con motivo del Día mundial del Urbanismo, el Colegio de Arquitectos organizó una serie de actos sobre Espacio público, movilidad y medio ambiente, entre ellos una conferencia a cargo de una arquitecta de Barcelona. Asistían unas 60 personas, entre ellas 5 concejales, supongo que los afines a estos temas. La ponente expuso con solvencia, y unas gotas de prepotencia norteña que asumimos los presentes, no sé si por educación o por el complejo de inferioridad endémico de que todo lo de fuera es mejor, un proyecto que ya han implantado parcialmente y les ha dado serios problemas y que no sirve para Murcia pues nuestras calles no están dispuestas de forma ortogonal, que consiste en agrupar 9 manzanas en una sola y derivar el tráfico al perímetro dejando las calles interiores para peatones y bicicletas básicamente, siendo muy duros con coches, vehículos de carga y descarga y autobuses, reduciendo así la contaminación. Acabada la charla, un asistente dijo que le gustaba todo que mejorase el medio ambiente pero este proyecto era inviable pues la Ley de circulación impide que las bicicletas vayan por las aceras. Respuesta: “Sabemos que tenemos un problemilla. Por ahora estamos pasando olímpicamente. No lo digan por ahí, ¿eh?” Todos sonrieron y aplaudieron. Hasta los concejales. Era el final.
Pero, ¿qué está pasando aquí?, ¿en qué país vivimos? ¿en manos de quién estamos?
Ya hay peatones heridos de gravedad con secuelas permanentes y muertos en las aceras por las bicicletas. ¡Qué bien, ¿verdad?! ¿Se siente usted mejor ahora señor político urbanista condescendiente? Y no quiero decir que tenga usted la culpa, pero los que no la tienen son los muertos pasados y los que vendrán por permitir esta anarquía en las aceras y espacios peatonales y no hacer cumplir la ley. Enhorabuena.
Este comentario fue publicado por el diario La Verdad, de Murcia, el 21 de diciembre de 2016.
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