Uno de los problemas de las personas moderadamente inteligentes es lo que cuesta entender, a veces, ciertas manifestaciones y actuaciones de aquellos próceres de la política, mucho más dotados. Así, por ejemplo, se entiende que cuando el Aquarius se encuentra a 700 millas náuticas en línea recta con nuestras costas, si vas dando rodeos es más, con emigrantes a bordo a los que nadie quiere recibir, España le dé puerto seguro cumpliendo con el Derecho Internacional. Eso sí, como refugiados, con una asignación económica y permiso para deambular por todo el territorio nacional. Había que subir en las encuestas. Lo que no se entiende es que, a los dos meses, el mismo barco, que ahora está más cerca, sea rechazado “de momento”-siempre echando mano al doble sentido, recuerden aquello de “OTAN, de entrada NO” y después Solana fue el Secretario General, pero eso se olvida- argumentando que “España no es el puerto más seguro porque no es el más cercano”, según el Derecho Marítimo Internacional. Todo se complica un poco más cuando la ministra de turno (aquí las ocurrencias las van repartiendo para que no se le achaquen todas al mismo o a la misma) afirma que los inmigrantes del Open Arms irán a un puerto español sí o sí, Algeciras, porque el barco navega bajo pabellón español, aunque se les aplicará el protocolo como si hubieran entrado en una patera. Y esto del pabellón español sí que se entiende porque todo el que pisa una embajada o un barco con bandera española, está en España. Lo que no se entiende, y así se lo ha recriminado Open Arms es la diferencia de trato. Entonces, ¿por qué jugamos una vez con la humanidad y otra con las banderas? Siguiendo el razonamiento de la ministra, todos los inmigrantes del Aquarius deberían desembarcar sí o sí en Gibraltar o cualquier puerto del Reino Unido.
El ministro italiano de Interior se negó a dar puerto alegando que “El Aquarius es un barco alemán, gestionado por franceses, está (estaba) en aguas de Malta y lleva bandera de Gibraltar” Y, sea por estas declaraciones o porque ya venía de atrás, a partir del 20 de agosto retirarán el pabellón de Gibraltar al barco, “por realizar tareas distintas para las que le fue concedido”
España no debe tener ningún complejo en lo que a inmigración se refiere. No tiene que hacer méritos. Según datos de la ONU es el décimo país del mundo con más emigrantes, por detrás de Alemania, Reino Unido y Francia, incluso por delante de ésta en términos relativos de población. Así que no hace falta que nadie nos venga a dar lecciones ni montar circos mediáticos para subir en las encuestas. Solidaridad sí, ordenada, prevista y en la medida de nuestras posibilidades. No chapucera, desbordante y sin control.
Hay que prestar más atención al sur y menos al CIS. De momento estamos llenando polideportivos. Esperemos no tener que llenar plazas de toros o estadios de fútbol. Pedro, Pedro.
Este comentario fue publicado por el diario La Verdad, de Murcia, el 19-8-18
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