Tus órganos funcionan, pero no te mueves, no reaccionas a estímulos que en otro estado serían dolorosos, no tomas decisiones, no ves, no hablas, no ríes, tu cabeza no piensa, no ordena, no sientes ni padeces: estás anestesiado, como la sociedad actual y su gobierno.
Que suben los alimentos: la guerra de Ucrania. Que no hay componentes para la industria: la pandemia. Que los pantanos se secan: el cambio climático. Que te pagan los limones a 15 céntimos: hay muchos. Que vuelcan camiones con fruta en Francia: son unos bestias. Que aquí respetamos la que viene del extranjero: somos fantásticos. Que el aire que respiramos es irrespirable: no hace viento. Que haces mal uso del agua de riego: es gratis. Que hacen promesas que no cumplen: han cambiado de opinión. Que vivimos por encima de nuestras posibilidades: la deuda aguanta todo. Que vamos a pasar de no encontrar un rey Baltasar a no encontrar un rey Melchor: se pinta. Que tienes que esperar 124 días para el médico: el año pasado esperabas 125. Que okupan tu casa: no haberla comprado.
Nos juntamos dos o tres y solucionamos todos estos y más problemas en un minuto (sobre todo si estamos en un bar) pero no hacemos nada y acabamos diciendo que “son cosas del gobierno”. Lo malo es que el gobierno es el primero que está anestesiado por eso no fomenta la industria, ni la agricultura, ni un plan hidrológico y una buena gestión del agua, ni se planta en Europa para defender lo nuestro, ni cuida del déficit, ni la inmigración ilegal, ni la sanidad, ni del castellano, ni la vivienda, etc.
Nuestros representantes han sido elegidos por el jefe. No por usted, amigo lector. Por tanto, disensiones cero, dimisiones cero. La mayoría no tienen dónde ir. Al resto no los entiendo. No sé qué más esperan para defender sus ideas o dimitir.
Pero seamos positivos: siempre nos quedará Waterloo.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 10-2-24
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