Dice el cantante dominicano Juan Luis Guerra en una de sus canciones de corte social que “somos un agujero en medio del mar y el cielo quinientos años después”… Va haciendo un repaso de cómo suben los precios, la corrupción, la delincuencia y bajan el peso, la medicina y la democracia. Se refiere a su país, creo, pero se puede aplicar al nuestro con pequeñas modificaciones y es que desde Felipe II hasta ahora hemos ido perdiendo terreno, credibilidad y prestigio internacional hasta llegar a la cota cero con Pedro Sánchez.
Funciona don Pedro como Windows, en donde una ventana va tapando a la anterior, solo que con él es un escándalo el que va tapando a otro. Tantos que no los voy a enumerar pues son de todos sabidos y no cabrían en este espacio.
¿Recuerdan lo que tardaron estos chicos y chicas que nos gobiernan en sacar las pancartas a la calle, cuando el atentado a los trenes de Atocha, exigiendo saber quién había sido? Las manifestaciones fueron multitudinarias, no se respetó la jornada de reflexión porque había que saber quién había sido y por el camino llevarse por delante al gobierno, como así fue.
Ahora se produce un apagón en todo el país y todos piden tiempo para averiguar qué ha pasado. Nadie saca la pancarta del “quién ha sido” no vaya a ser que cambie el Gobierno y perdamos la teta, que fuera hace mucho frío. Ya van más de cuarenta días y todos saben quién no ha sido, pero nadie sabe quién ha sido. No se puede comparar el dolor del atentado con el apagón, pero el costo económico de éste será inmenso y mejor si no tenemos a los culpables, como en la película “Casablanca”.
Además, hay muchas ventanas ya tapando la del apagón y la gente anestesiada, aburrida y cansada de tanta mentira tiende al olvido como método supervivencia[u1] .
“¿Qué dirá de mí la historia?” comentó al exministro Máxim Huerta. Difícil tarea para Máxim y para cualquiera encontrar un sobrenombre que defina a este facedor de entuertos.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, Murcia, el 10-6-25
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