Primero anuncia que el objetivo final, principal y primordial (que es lo mismo) que tiene como ministro de Unión Europea es la oficialidad del catalán en Europa. Pero le han dicho que no. Para allanar el camino a los países miembros se compromete a que España pague los 132 millones de euros y añade “no sólo esos pocos más de 130 millones, sino todos los costes”. ¿Sabe usted que con ese dinero se podrían contratar 3.150 médicos o construir 1.100 pisos de propiedad estatal para alquilar cada año? No satisfecho con la negativa, insiste y volverán a tratar el tema el 18 de julio (vaya faena) y conociendo al personaje, que mandó retirar de las embajadas escudos de armas, vajillas, cuadros, … si podían recordar al franquismo, lo indicado sería no asistir o reunirse otro día, porque 18 de julio y franquismo, ¿qué quiere que le diga?
Segundo, presenta un acuerdo histórico, definitivo sobre Gibraltar que marcará un antes y un después, desaparecerá el último muro de la Europa continental, la última colonia en suelo europeo. Los diez mil españoles que entran a servir lo harán más rápido y podrán rendir más al llegar descansados. Todo florido y hermoso. Ah, y además la policía española controlará el puerto y el aeropuerto en el lado Schengen.
La otra parte, (los ingleses siempre han sido más listos que nosotros para negociar y Gibraltar es un ejemplo) dice, según la BBC: hemos alcanzado un acuerdo que protege la soberanía británica y apoya la economía gibraltareña y permite a las empresas volver a planificar a largo plazo. Además, afirma que los negociadores acordaron una cláusula que aclara que el tratado final no afecte a la soberanía británica del territorio. Las instalaciones militares británicas gozarán de plena autonomía operativa. Así que si ven un submarino nuclear entrar a reparar ya saben dónde mirar. Y la Comisión Europea quitará a Gibraltar de la lista de territorios de alto riesgo para el blanqueo de capitales.
Según la Cancillería sin este acuerdo se habría formado una frontera dura que costaría cientos de millones al año a la economía gibraltareña.
Nosotros, como prueba de amistad eterna, seguiremos llevándoles camiones de piedra para que amplíen el territorio.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 12-7-25
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