Con la tortuga hemos dado, Walter

Escrito por 12 mayo 2015 0 4

Cada vez que voy a Águilas vienen a mis recuerdos D. Miguel y su Ingenioso Hidalgo. Y no es porque el paisaje sea similar al manchego, ni porque la ruta esté salpicada de molinos de viento ni siquiera de los modernos, ni mucho menos. No. Les cuento. El Sr. Walter, alemán de los formales, que de todo hay en la casa del Señor, compró hace 15 años en la diputación de Carrasquilla, unos 35.000 metros cuadrados de monte, entre los cuales había una casa, de unos 140, deteriorada por el tiempo. Antes de comprarla le aseguran que puede acondicionarla, ya que su idea es pasar largas temporadas en ella e incluso venirse a vivir una vez jubilado. Otro en su lugar hubiera llamado a los albañiles, repuesto una docena de tejas, cambiado el suelo y poco más. Pero él no. Él lo quiere todo legal. Inicia el hombre las gestiones legales y su calvario personal: encarga el proyecto, aporta fotocopias, escrituras, planos, certificados, solicita licencia…. Dos años después el Ayuntamiento de Lorca  pasa el tema a la Comunidad Autónoma, que autoriza las obras. El Ayuntamiento le hace redactar un nuevo proyecto y vuelve a pasar la patata caliente a la Comunidad que, a la vista del mismo, lo vuelve a aprobar. Ya han pasado 4 años. A pesar de la autorización jerárquica,  el Ayuntamiento dice ahora que no da la licencia. No, porque no. Vamos que porque no les sale de los riñones.

Cosas de la triple administración, el enchufismo, la mediocridad imperante y la carencia de méritos para acceder a ciertos cargos: basta con ser hijo de o amigo de. También vale haber pegado carteles, ser obediente y no pensar mucho, porque aquello de haber corrido delante de los grises ya no se lleva.

Motivos para el no: que en  la zona de la parcela hay retamales, tomillares y una potencial presencia de la tortuga mora. No entienden que sólo quiere reparar la casa, sin hacerla más grande, sin abrir caminos nuevos, sin asfaltar los viejos, sin romper nada. Total que, harto de viajes, promesas, mentiras, chulerías, incongruencias, despotismos, gastos, disgustos, rabietas, etc. el Sr. Walter hace la maleta y se va a Alemania. Mientras toda esta escena transcurre, a unos metros de allí, otros levantan casas nuevas (¿amiguetes?) y  máquinas excavadoras arrasan cientos de hectáreas de retamales y  tomillares, sin importarles la potencial presencia de la tortuga mora,  para hacer un campo de golf, con los que estoy totalmente a favor, mientras se estén tirando millones de metros cúbicos de agua dulce al mar.

Y es que aquí lo primero que hacemos es matar al mensajero. Los extranjeros que vienen con ganas de invertir y quedarse son, en muchos casos, mal informados, engañados o estafados. Después, de vuelta en sus  países, cuentan estas  experiencias perjudicando severamente a la llamada Marca España, sin que ningún político (señor que se empeña en servirte cada 4 años) haga nada por resarcirlos.  Y es que está muy bien acudir a ferias de turismo y eventos similares, pero cuidando mejor a los que vienen, tienes la mitad del trabajo hecho, y gratis.

Si se pudiera transportar en el tiempo, me imagino a D. Alonso Quijano con los pies en los estribos de Rocinante, elevándose de la silla, lanza en astillero y gritando: Con la tortuga mora y el tonto de urbanismo has dado, amigo Walter.

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