La defensa del castellano.

Escrito por 17 mayo 2017 0 0

Va para diez años que un grupo de intelectuales, escritores, músicos, deportistas, a los que se fueron uniendo medios de comunicación y todo tipo de personas, firmaron un manifiesto a favor o en defensa del castellano como lengua vehicular en todo el territorio nacional. Una buena idea, innecesaria si los gobiernos centrales de turno hubieran cumplido y hecho cumplir la ley.

Después de la Guerra Civil lo hicieron mal con las otras lenguas y en la actualidad lo están haciendo mal con el castellano, aunque lo de ahora es mucho peor, pues antes  la incultura, el odio, el revanchismo y la falta de miras estaban a flor de piel y ahora lo hacen desde el reposo que aporta un buen sillón, el conocimiento de lo que se hace, la manipulación y la mala fe.

Todavía recuerdo, y hace ya 35 años, la cara de asombro que puso mi compañero cuando le comunicaron que le habían rechazado, en la aduana de un puerto canadiense,  un contenedor de conservas vegetales porque  la etiqueta de los botes no estaba escrita  en el mismo tipo de letra, tamaño y color en inglés y francés. Por lo que se ve allí las normas son  sencillas y de obligado cumplimiento. Defienden lo suyo y como tienen dos idiomas oficiales los defienden a los dos por igual. Sin papeletas.

Le deseo la mejor de las suertes al manifiesto y espero que consiga su propósito aunque sea en parte. Dejemos que el Gobierno cumpla con su función. Pero yo quiero llegar a ustedes desde otro punto de vista más a nuestro alcance, más participativo, implicándonos con nuestras protestas y comportamientos cívicos, sin entrar en política. Por ejemplo:

¿Por qué escuchamos en radio o televisión el tiempo que va a hacer en Girona, Ourense o Donostia y nadie hace nada?  ¿Porque se dice así en sus correspondientes idiomas? Bien. Pues siguiendo este criterio, dígame después el tiempo que va a hacer en Wales, England, Scotland, France o Deustschland,  que es como se dice en sus idiomas. Si me está usted hablando en castellano, hágalo en su totalidad.

¿Por qué te dicen en la estación de El Carmen que el Talgo efectúa una parada en Castelló? Entras a las oficinas y pides que digan Castellón y te miran como si le estuvieras pidiendo una rebaja del IVA al cine y no cambian nada. Casi que se molestan. Al revés no pasa, se lo garantizo.

¿Por qué ponen anuncios en televisión y en cartelería fija, de perfumes principalmente, en idiomas distintos al español? Porque cada empresa elige su política publicitaria e invierte su dinero como mejor le parece. Bien. Cierto. Y  porque después vamos nosotros y los compramos. Si compráramos marcas que se anuncian en castellano tal vez se lo replantearían.

¿Por qué rotulamos nuestros comercios utilizando el genitivo sajón, ya saben eso de ‘s, cuando la mayoría ni saben lo que es, ni cómo se emplea, ni lo que significa?

¿Por qué usamos camisetas con nombres de ciudades, eventos deportivos, frases más o menos acertadas, graciosas o pícaras en inglés? La mitad de los que las llevan no saben lo que dicen. Pero, como lo anterior, mola. Es guay. Cool.  ¿Es que el castellano no tiene fuerza para esto y para más?

¿Por qué la vitrocerámica te avisa cuando está todavía caliente con un botón rojo con una H (de hot) en lugar de con una C de caliente o de cuidado o una P de peligro o precaución?

¿Por qué  hay en nuestras tiendas miles de cajas de juguetes rotulados sólo en inglés? Hombre, si estás viendo que es una ambulancia, qué más te da que ponga ambulance. Si casi es igual.

¿Qué hacemos mandando a Eurovisión una canción en inglés representando a España? Además de por el puesto alcanzado, ¿es que no va a dimitir o no van a echar a nadie para que esto no se repita?

El rey, el Instituto Cervantes, la Casa de América, la RAE y muchos más, cada uno desde su parcela, intentan defender el castellano, hacerlo aún más universal. Pero depende de nosotros. Aunque es muy difícil. Hay mucho pasotismo, mucha incultura, mucha falta de sentido de lo nuestro y mucho mediocre.

Y la última, pero no por ello menos importante (como dicen los ingleses): ¿Es que no han podido encontrar otro nombre para el festival de segunda que sustituye al SOS  que el de We are Murcia WAM,  “el guam”, para los amigos? Lo siento por el patrocinador que me cae muy bien.

Eso está bien. Fomentemos lo inglés para celebrar que se han ido. No hace falta que nos ataquen desde fuera, ya nos ocupamos nosotros mismos.

¿Otra batalla perdida? My God.

Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 17de mayo de 2017.

 

 

 

 

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