Cada vez que se anuncian elecciones, se resucitan los viejos tópicos: Hay que cambiar la ley electoral, la actual ley nos perjudica, es injusta, favorece a los partidos grandes, a nosotros nos cuesta un escaño 100.000 votos y a ellos sólo 38.000…. y el mayor y mejor de todos: cuando se conocen los resultados, todos han ganado. El que tenía 100 escaños y obtiene 105 por lógica matemática – aunque habrá quien diga que ha perdido porque no tiene mayoría absoluta o algo así-, el que tenía 90 y obtiene 88 también ha ganado porque ha tenido más votos que en las elecciones pasadas y el que tenía 60 y obtiene 30 también ha ganado porque las encuestas decían que sacarían 20. Bueno, qué le vamos a hacer, así empezamos la legislatura con una sonrisa. Poco después empiezan las escaramuzas, los pactos postelectorales, que aunque sean legales me parecen un fraude, no así los preelectorales que me parecen más valientes, más francos, porque ya sabes dónde va a parar tu voto, y al final terminan mandando los que menos votos tienen de todo el arco parlamentario.
La semana pasada, me planteé la siguiente cuestión: ¿Qué resultados se hubieran dado en las últimas elecciones catalanas si C’s, PSOE y PP se hubieran presentado en coalición?
Puesto a investigar sobre la ley D’Hont y conocido su funcionamiento me puse manos a la obra. Después de varias docenas de divisiones y de adjudicar los 135 escaños, los resultados variaron muy poco: La coalición ficticia a la que llamé “Juntos por Seguir” obtenía 2 escaños más. Nada hubiera cambiado las cosas. Juntos por el Sí y la CUP seguirían sumando más de los 68 escaños que conforman la mayoría absoluta.
La conclusión es la siguiente: Señores constitucionalistas, si juntos van a sacar más escaños que separados, aunque sólo sean 2 o 3, ¿no les parece conveniente unirse antes en vez de unirse después de las elecciones? ¿Y si los escaños obtenidos concurriendo por separado, sumaran 67? ¿No sería para tirarse de los pelos?
Dense un descanso de 4 años, dejen de tirarse los viejos trastos a la cabeza, no rechacen la llegada de algún que otro partido pequeño y, ya que están “condenados” a entenderse, hagan los pactos antes y no después. Es más limpio. Más sano. Más valiente. Más coherente. Más comprensible por los votantes y más ventajoso para ustedes.
Avísenlo con tiempo: será una coalición para 4 años, para dejar a Cataluña centrada, serena, tranquila, emprendedora, alegre, acogedora, integradora, solidaria. Como ha sido siempre.
Si sale bien, a lo mejor les gusta y repiten.
Este comentario fue publicado por el diario La Verdad, de Murcia, el 4-11-17.
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