Comedores de verano

Escrito por 13 julio 2018 0 0

Estoy seguro que en los tiempos que vivimos, no habrá nadie sea cual sea su condición que vea mal que niños y menos niños puedan comer bien tres veces al día. Y no sólo en verano, sino todo el año. Incluso que se puedan permitir un helado, un refresco o unas chuches de vez en cuando. La ministra portavoz lo ha dejado claro: aumentarán las plazas de campamentos y sacarán el dinero de donde haga falta para que así sea. Y estoy totalmente de acuerdo. Prefiero tener un kilómetro menos de autopista o AVE al año con tal de paliar algo que debería darnos vergüenza, sólo el conocer que tal situación de déficit existe y no se remedia. Pero el año próximo, ¿seguirá viendo bien que se quite dinero a otras partidas para destinarlo a campamentos de verano con muchas plazas para que puedan comer bien muchos niños? No conteste todavía porque es una pregunta trampa. Porque si contesta que sí, que por supuesto o algo similar, estará reconociendo que no se habrá hecho nada bueno durante todo un año y todo seguirá igual.
Aclarada mi posición, me veo en la obligación de hacer de abogado del diablo aunque haya quien no lo entienda y tache de racista o nazi este comentario. Pero, al menos en la parcela que conozco, la solución no está sólo en poner más dinero para campamentos en verano sino en una intervención eficaz de los servicios sociales, en una planificación familiar acorde a la situación de cada caso, un régimen de ayudas que no sea siempre a cambio de nada y sin un control finalista del gasto. Muchos de esos niños necesitados se desarrollan en un ambiente familiar en el que no falta un paquete de tabaco rubio americano y un móvil en cada mayor de 13 o 14 años, (ya sé que esto del móvil provocó un debate violento en el Congreso hace unos años), ni para pillar una cogorza cada fin de semana ni para hacer una visita periódica al salón de apuestas. Niños que son educados en el “pedid y recibiréis” “creced y multiplicaos” y en “no trabajéis que cansa”, hasta que esta filosofía, que comprueban día a día que funciona y es cierta, se impregna en su ADN y exigen todo a cambio de nada.
Colectivos de inmigrantes que vienen vía patera o similar, al cabo de un par de años ya tienen su piso, en zona humilde pero su piso, poco después su coche, de 400€ pero su coche y van prosperando gracias a su trabajo y esfuerzo, a veces excesivo, si caen en manos de algún desaprensivo. Pero salen adelante. Luchan. Cotizan. Demandan sus merecidos derechos. Ayudan a mejorar el país que les ayuda. Nada que decir de ellos, sino mi aplauso. Pero hay otras parcelas sociales muy mejorables.

Cuando te relaten una situación real, que puedes demostrar fehacientemente, no zanjes la conversación con «eres un racista”. Date un paseo, observa, mézclate y, después, habla o calla. Lo que tu conciencia te dicte.
A ver si se echan adelante y, el año que viene, el dinero lo sacan quitando una recua de políticos y altos cargos innecesarios: duplicados o triplicados; ineptos, que demuestran su incompetencia dando lugar a que haya que hacer campamentos para que los niños coman. Deberían sonrojarse cada vez que comprueban que les ha llegado la nómina.

Este comentario fue publicado por el diario La Verdad, de Murcia, el 25-7-2018

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