Han hecho con Pedro Sánchez lo que al niño que no sabe jugar al fútbol pero lleva el balón al colegio. Es consciente de que la única forma de jugar es invitar a sus compañeros.
Los pícaros, cuyo líder hace los equipos y pone las normas, aceptan jugar con él pero lo ponen de portero, que es donde menos molesta, piensan ellos, y donde menos se nota que no sabe, piensa él. Cansado de recibir pelotazos decide jugar de delantero, pero el capitán no lo deja. Enfadado se lleva el balón, pero los pícaros han podido jugar con un buen balón un tiempo. Que les quiten lo “bailao”. Ahora a esperar a otro cándido que ponga el balón y ellos las reglas.
El tiempo pone las cosas en su lugar. Se criticó bastante la mirada de la señora Sáenz de Santamaría a la señora Batet en el traspaso de carteras cuando aludía a «dialogar y consensuar como base para una política del siglo XXI», y lo que fue motivo de chanza y alguna descalificación ha resultado ser la constatación de la cruda realidad. Y es que sabe más el diablo por viejo que por diablo y la ministra saliente ya sabía que no se puede consensuar nada con un ladrillo. No hacer caso a los mayores trae estas consecuencias. Han tenido que pasar casi nueve meses para que D. Pedro se convenciera de lo que estábamos convencidos todos: lo de dialogar es un pretexto para llevarlo a su terreno. Sólo les interesa la independencia y por el atajo. Todo lo que puedan arañar por el camino queda en casa, sin ir más lejos los recortes en Canarias para trasvasarlos a Cataluña.
Como los buenos ajedrecistas, los políticos catalanes van dos o tres jugadas por delante, gestionan mejor “el problema” que los nacionales de cara a Europa: las cargas policiales, los presos políticos, poner las urnas no es delito, y otros victimismos más, y siempre vamos por detrás tapando huecos.
Una pequeñez: ¿no han notado que cuando va Pedro Sánchez a Cataluña, detrás de los dos líderes, aparecen dos banderas, española y catalana, como cuando viene a España un líder extranjero, y en cuanto pisa el portal retiran la española y hacen sus comunicados con la catalana sólo o la catalana y la europea, en algunos casos?
No tiene importancia, ¿verdad? Pues las cosas importantes están hechas de pequeños detalles sin importancia. Y por no molestar, no molestar, vean por dónde vamos.
Sr. Sánchez si vuelve por el colegio lleve el balón si va a poder poner las reglas de juego. Si no, quédense los dos en casa.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 19-2-19
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