Sigo con interés los interrogatorios y respuestas que dan los correspondientes testigos en el juicio a miembros de la Comunidad catalana por el referéndum.
Me voy a referir en concreto a las declaraciones de la señora Montserrat del Toro. No quiero incurrir en el error de las televisiones de darnos el corte con la ganga, el rifirrafe entre tribunal y magistrados, el error, el despiste de este o aquel con el único objeto de tenernos entretenidos, porque con ello lo que consiguen es dejarnos en el mismo nivel de ignorancia que es más fácil que seleccionar cortes de mayor calado, comentarlos, contrastarlos y desvelarnos los porqués de los mismos dejándonos un poco menos ignorantes cada día.
Lo importante de su declaración, confirmada después por la repetición de las imágenes que ya vimos en su día, es que esta señora y algunas personas más, estuvo secuestrada en un edificio del Estado que tuvo que abandonar saltando por los tejados, confundiéndose con los actores que abandonaban el teatro por el que pudo salir para llegar al coche ocultándose de los manifestantes que asediaron todo el día el edificio donde realizaba su trabajo ordenado por un juez, como si se tratara de una delincuente o asesina en serie que hubiera abusado de media docena de menores del colegio cercano.
Ignoro la dinámica de los juicios, por eso no entiendo el interés de los abogados defensores en saber en qué planta están los despachos y cuántas veces bajó al vestíbulo dicha señora. Tampoco sé si el tribunal considerará esta presión, intimidación como una conducta violenta por parte de la muchedumbre que obligó a una autoridad, una secretaria judicial, a salir por los tejados, por tanto la respuesta la dejo para los jueces.
Pero hay una pregunta que me hago que sí me atrevo a contestar: Estamos a horas de la celebración del Día de la Mujer, que más que el día es ya la quincena o tal vez el mes de la Mujer, y ¿Dónde están las feministas, especialmente las catalanas, que no se manifiestan a favor de esta mujer?
No es de las nuestras.
Este comentario se publicó en el diario La Verdad, de Murcia, el día 11-3-19
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