Otro tipo de censura

Escrito por 27 septiembre 2019 0 0

Se han disuelto la Cámaras. Algo que media España sabía que pasaría al minuto después de conocerse los resultados de las elecciones.

En junio del año pasado prosperó la moción de censura contra el Sr. Rajoy. 181 parlamentarios (añado la abstención a la mayoría) la apoyaron y sólo 169 mantuvieron su confianza en él, por lo que tuvo que dimitir y D. Pedro Sánchez quedó investido automáticamente presidente del gobierno.

En febrero de 2019, siete meses después, son 191 parlamentarios los que retiran la confianza al nuevo presidente, concretamente a sus presupuestos, y le obligan a convocar nuevas elecciones, en abril, que gana con 123 diputados. Hasta 350 falta un buen puñado.

En junio es recibido a consultas por el rey, que le ofrece ser presidente del gobierno, acepta el encargo y se compromete a formarlo “cuanto antes”, eso sí con su impronta tolerante que le caracteriza: “O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE. No hay otra alternativa”. Arrancábamos mal.

En julio el Congreso le dice dos veces que no a su investidura: 222 entre noes y abstenciones.

El Rey da dos meses más de agonía al procedimiento, a ver si los partidos consiguen ponerse de acuerdo. Pero no. Sigue con la confianza de 124. Los otros 222 no lo quieren de presidente del gobierno. Y aquí estamos, preparándonos para el 10 de noviembre, día que previsiblemente estaremos como hoy, pues los bloques y los apoyos a sus líderes serán los mismos.

Y después de toda esta sopa de fechas y cifras la pregunta es: Si el señor Rajoy dejó de ser presidente teniendo el respaldo de 169 parlamentarios, ¿qué hace D. Pedro Sánchez que no da un paso al lado y deja que sea otro el candidato socialista, sabiendo, por tres veces, que sólo tiene la confianza de 124 diputados? ¿Qué parte del “no” no entiende?

Y, ¿nos van a obsequiar de nuevo con otros nueve meses de precampaña, campaña, postcampaña, consultas, desplantes, hoy te quiero, mañana no te quiero, chirigotas y otras gaitas? ¿es que nadie va a cambiar las normas que regulan las elecciones para evitar que se pueda presentar a las elecciones un candidato al que le han dicho tres veces que no lo quieren de presidente y ahorrarnos este agotamiento, bochorno y ridículo internacional?

La ministra de Hacienda tiene la solución: “quitar a las minorías -ahora- la capacidad de imponer vetos o chantajes”. Cuando sumaron a favor de su partido para echar al Sr. Rajoy, los votos de las minorías eran tan legítimos como los suyos. Otros lo solucionarían amordazando a la oposición. Pero algo serio hay que hacer: ir a una doble vuelta o bonificar al ganador con cierto número de escaños podría ser una solución. Acortar los plazos tampoco estaría mal.

Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 1 de octubre de 2.019

 

 

 

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