Franco en El Pardo

Escrito por 31 octubre 2019 0 0

Bueno, pues se acabó la odisea por entregas del traslado de los restos del anterior jefe del estado, aunque en este tema no puedes decir nada definitivo pues la familia quiere que vaya a la Almudena, sigo sin entender por qué se les negó, y si recurren a Europa no sé qué pasará sabiendo las ganas que nos tienen los tribunales allende los Pirineos.

Y es que, estando de acuerdo en el fondo, no comparto las formas. La falta de conocimiento de los mecanismos legales, y las prisas por rentabilizarlo electoralmente, llevó al gobierno, – especialmente a la señora Calvo, personaje principal, que habla con faltas de ortografía y te dice en rueda de prensa dos veces seguidas que algo no se puede “preveer”, dejando mucho que desear como primera dama del gobierno y como catedrática -, a aplazar una y otra vez la fecha, aunque han llegado a tiempo y pueden descansar en paz.

Para descargar sus conciencias y no asumir directamente las responsabilidades de esta acción de gobierno, nos lo presentan como algo urgente, demandado por el pueblo – no hay más que ver los datos del CIS sobre los principales problemas de los españoles -, recomendado por la ONU, la misma ONU que lleva cuarenta años diciéndole al gobierno que arregle el problema del Sahara y el de Gibraltar y pasan olímpicamente, y niegan la Almudena para evitar que se convierta en lugar de peregrinación y ensalzamiento (véase el seguimiento multitudinario y tumultuoso durante el traslado.) Algo parecido a “consultar a las bases”.

Y hasta les molesta que, cuarenta años después, una docena de simpatizantes y algún familiar exhibieran cuatro banderas con el águila de San Juan, que ya figuraba en la bandera de los Reyes Católicos, (esperemos que no tomen represalias contra ellos),  y no dicen nada  cuando comparten manifestación rodeados de banderas tricolor, que representan, ambas, un periodo pasado de la Historia de este país, y que deberías poder portar en cualquier manifestación si simpatizas con lo que representaron, siempre que no las emplees para darle con el asta en la cabeza a quien opina o piensa diferente. Eso sí que sería un ejemplo de tolerancia.

Aunque mal, por las formas, ya han hecho la parte más barata, pese a su coste, y menos importante. Queda lo que realmente importa: dar sepultura a los que siguen en las cunetas. Se han dado seis años, como si fueran a hacer un pantano, pero bienvenida sea la promesa que sigue oliendo a electoral, porque estas cosas, señora ministra de Justicia, se hacen, y se dicen cuando están hechas y entonces sí que te puedes apuntar el tanto. De momento, nadie entona el “mea culpa” por los más de veinte años pasados de gobiernos socialista, a tramos con mayoría absoluta, sin actuar en este asunto como se debe. Aún está el hormigón fresco y ya la han emprendido con José Antonio. Después vendrán los monjes, la cruz,… Son insaciables.

Continuará….

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