Inicio de curso y espacios

Escrito por 1 septiembre 2020 0 0

Hace una veintena de años, los colegios de infantil y primaria tuvieron cierto desahogo en lo que a espacios se refiere, pues los alumnos de séptimo y octavo se escolarizaron en los institutos completando el proceso de implantación de la ESO, y se pudieron dedicar a desdoblar cursos, aulas para plástica, música, sala de proyecciones y más. Cuanta más calidad dabas, más demanda de puestos escolares tenías, y poco a poco los espacios se perdieron y cada rincón albergaba un curso con 25 o 28 alumnos.

Diez años después aparece el RD 132/10 que fijaba unos requisitos mínimos respecto al profesorado, ratios e instalaciones docentes y deportivas, mejorados meses más tarde en la Resolución de la Consejería. Los centros que se crearan a partir de esa fecha deberían tener despachos para dirección, coordinación, orientación, administración, sala de profesores, una biblioteca no inferior a 45 metros, una sala polivalente de 30 metros, un espacio por cada seis aulas para desdobles, de 20 metros mínimo, otro espacio igual para apoyos, una sala polivalente de 75 metros mínimo divisible mediante mamparas, un patio parcialmente cubierto, con pista polideportiva, no inferior a 900 metros, un gimnasio con 200 metros mínimo, más un aula por curso, evidentemente, y algunas cosas más. Pero sin retroactividad y sin emprender una política de creación de centros nuevos para adaptar los antiguos a la nueva normativa, que fue archivada en la carpeta de “Ciencia ficción”. Ahora no tenemos espacios, lo que dificulta un poco más el comienzo de curso por la pandemia.

Como ya hay 18 soluciones distintas al inicio de curso, me limito a exponer una idea, que, por supuesto, no es la solución al problema, pero puede amortiguarlo: temporalmente, permitiría que las familias que por sus circunstancias especiales: cualificación de sus miembros, disposición horaria, poder contar con los abuelos…, solicitaran a la Consejería, justificando lo anterior, que sus hijos estudiaran en casa. También aplicaría esta posibilidad a alumnos que han pasado por una enfermedad grave y sus padres tienen los temores lógicos queriendo evitar recaídas, por tener bajas las defensas u otras patologías. Estos niños acudirían al colegio a hacer las pruebas de evaluación trimestral, y serían calificados de acuerdo con las mismas. Si en cada clase tienes 6 o 7 padres que optan por esta vía temporal, pues 6 o 7 menos que tienes que ubicar y 6 o 7 menos que pueden contagiarse o contagiar.

Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 4-9-2.020

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