Cuando cursaba estudios de bachillerato, allá por los 60 con el franquismo todavía en todo su apogeo, el profesor de Formación del Espíritu Nacional (la Educación para la Ciudadanía de antes), nos inculcaba como derecho inalienable de los españoles la inviolabilidad de la correspondencia, recogido en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, el Fuero de los Españoles, el Código Penal, entre otros. Hasta tal punto caló en aquellas generaciones que cuando recibimos una carta a nombre de algún familiar, ni se nos pasa por la cabeza la posibilidad de abrirla. Ahora, con los avances tecnológicos, lo de escribir cartas ha caído en desuso, pues es más rápido y barato un correo electrónico o un WhatsApp, como también ha caído en desuso la inviolabilidad de este nuevo tipo de correspondencia. Es frecuente ver por televisión lo que don Fulano le ha dicho a don Mengano y la respuesta de éste a aquel, que se ha hecho viral, es decir han tenido que participar en esa “violabilidad” una buena cantidad de propagadores gratuitos de la noticia.
Ahora ha saltado a las primeras páginas unas conversaciones de un grupo de militares retirados en el que llegan a escribir que habría que fusilar a millones de españoles, lo cual está fatal. Pero, ¿quién de nosotros no ha escrito disparates dentro de un grupo porque tienes que superar la burrada que ha dicho el partícipe anterior hasta que la conversación alcanza un techo insuperable y acabas riéndote de ti mismo y de la ocurrencia de éste o aquel? ¿alguien cree que un militar o cien militares por mucha graduación que tengan van a fusilar a un solo español? Está mal, lo dije al principio, pero, ¿por qué se publica esta conversación grupal? ¿han mejorado las cifras de la pandemia gracias a la publicación? ¿hay menos gente en los ERTE? ¿los autónomos tienen un horizonte mejor? ¿se ha detenido el déficit o el paro?
¿Se hubiera publicado si se tratara de una sublevación clandestina de una parte del Ejercito? No, para no levantar la liebre, y se habría puesto secretamente en conocimiento de Defensa, el CNI, etc. para sofocarla a tiempo y arrestar a los implicados. Entonces, ¿para qué este revuelo? ¿Es que entre unos y otros no vamos a acabar nunca con las dos Españas?
Creo que no deja de ser una cortina de humo para distraernos de otros temas.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 17-12-2.020
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