El jardín de La Alameda

Escrito por 10 abril 2022 0 0

Hace algo más de tres años se inauguraba este jardín entre la autovía, el Malecón, los Maristas y el río. Veinte mil metros cuadrados de jardín sustituían a la escombrera. Una intervención preciosa dirigida por alguien con cabeza. Una perla más para la margen izquierda del río. Algo diferente, distinto al socorrido césped, asfalto, el terrazo de 50 por 50, con su correspondiente bordillo de hormigón y la pérgola de hierro. En su diseño se tuvieron en cuenta la huerta y el bosque de ribera y, pensando en ellos, se plantaron cítricos, frutales, palmeras, flores y olmos, fresnos, chopos, álamos o sauces. El terreno fue acotado para poder regar por gravedad mediante una red de canales de hormigón con sus portillos y tablachos. Amplios paseos, zona de juegos infantiles, bancos, farolas, muros de piedra suelta y códigos QR que aportan información, completaban el jardín. El alcalde Ballesta lo calificó como “una zona natural que recupera nuestras raíces y nuestra identidad”

Hoy, mientras llegas, el puente de hierro que comunica con el Cuartel de Artillería -blanco en su día- te recibe lleno de pintadas, garabatos y amplias zonas oxidadas. El otro alberga bajo sus vigas media docena de personas “sin techo”. Los muros de mampostería están rotos en varios puntos con las piedras en el suelo o desaparecidas y el jardín presenta cantidad de bolsas de plástico, vasos, botellas, mascarillas, latas… que lo afean. Las regaderas están llenas de barro, hojas y plásticos. Los portillos han perdido parte de los tablachos y alguno está roto. Malas hierbas pintan de verde los cuadros, ramas y troncos de gran tamaño esperan a que la putrefacción los haga desaparecer y la acequia que aporta el agua está en su estado puro: dos palmos de barro sin mondar y algún animal muerto haciendo buenas las palabras del alcalde: hemos recuperado nuestras raíces y nuestra identidad.

Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia el 10-4-22.

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