El Cuartel de Artillería, su entorno, y algunas zonas más, están siendo deshollinadas a fondo por patrullas de limpiadores, jardineros, pintores, electricistas…, limpiando el ennegrecido pavimento y eliminando las pegatinas de las farolas, plantando cientos de flores, colocando grandes macetones con motivos florales, reponiendo el albero y la turba de los alcorques, picando y enluciendo los zócalos en mal estado, mejorando la iluminación, pintando las paredes, eliminando pintadas, retirando colchones de la calle y carros de supermercado llenos de enredos atados a las farolas, …
Como es natural, me parece muy bien que esto ocurra. Todo lo que sea mejorar una parte de la ciudad bienvenido sea y si fuera de forma permanente, mejor. Lo que no me parece tan bien es por qué se hace ahora.
Visitan Murcia durante unos días los Ministros de Asuntos Generales de la Unión Europea para mantener una serie de reuniones informales, y la zona de paso más frecuente: Glorieta, Almudí y Cuartel de Artillería están siendo adecentadas.
Y desde el cabreo más profundo empiezan a aflorar las preguntas:
Estos señores y estas señoras, algunos de los cuales, por no decir todos, se enteraron dónde está Murcia hace quince días, ¿son mejores que usted amigo lector o que yo, y se merecen una ciudad limpia y agradable a la vista?
¿Son tan simples que no notarán que todo es artificial, que todo huele a fresco, a nuevo y que todo lo que ven es una mentira?
Me hubiera gustado que vinieran a Murcia por su limpieza y no que la limpien por su visita.
¿Tienen que venir de fuera para que los vecinos disfrutemos de un entorno normal cuatro o cinco días y no los 365 días del año?
Pues que vengan.
Este comentario fue publicado en el diario La Verdad, de Murcia, el 28-9-23
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